¿Los problemas cardíacos son un peligro en los ciclistas?
El ciclismo es uno de los deportes más completos, saludables y sostenibles que existen. Sin embargo, en los últimos años ha crecido el interés —y también la preocupación— por los problemas cardíacos en ciclistas, tanto profesionales como aficionados. Las historias de atletas retirados por arritmias, como Nathan Van Hooydonck o Michael Rogers, y los estudios que muestran ciertas adaptaciones del corazón en deportistas de resistencia, han impulsado un debate clave: ¿puede el ciclismo intenso, practicado durante años, representar un riesgo real para el corazón?
En este artículo abordamos en profundidad las causas, síntomas, prevención y hallazgos científicos más recientes sobre la relación entre el ciclismo y la salud cardiovascular, así como los consejos de los principales cardiólogos deportivos.

El corazón del ciclista: un motor de alto rendimiento
El corazón de un ciclista se adapta al esfuerzo constante de forma distinta al de una persona sedentaria. Este fenómeno se conoce como “corazón de atleta”, y se caracteriza por un aumento del tamaño y del grosor de las paredes del corazón, especialmente del ventrículo izquierdo, que es la cavidad encargada de bombear la sangre al resto del cuerpo.
Estas adaptaciones permiten que el corazón bombee más sangre con cada latido y funcione de manera más eficiente durante el ejercicio. En muchos casos, esta condición es completamente benigna y representa una respuesta fisiológica normal al entrenamiento intenso. Sin embargo, existe una delgada línea entre la adaptación saludable y una remodelación que puede generar riesgo de arritmias o lesiones estructurales.
Beneficios del ciclismo para la salud cardiovascular
Numerosos estudios y organismos internacionales respaldan los beneficios del ciclismo para la salud del corazón. La práctica regular de esta actividad contribuye a:
- Aumentar la capacidad cardiorrespiratoria.
- Mejorar el control de la presión arterial.
- Reducir los niveles de colesterol LDL (“malo”) y aumentar el HDL (“bueno”).
- Incrementar la sensibilidad a la insulina, previniendo la diabetes tipo 2.
- Disminuir el riesgo de infarto e ictus entre un 20% y 50%.
Según un informe de Quirónsalud, pedalear al menos 30 minutos diarios puede reducir a la mitad el riesgo de infarto, ya que mejora la eficiencia cardiaca y la flexibilidad de los vasos sanguíneos.(Quirónsalud)
Asimismo, la Clínica Universidad de los Andes destaca que el ciclismo regular fortalece el corazón al aumentar su distensibilidad y fuerza de contracción, lo que implica un bombeo más potente y eficiente de la sangre.
En pocas palabras, practicado con moderación y bajo control médico, el ciclismo construye “un corazón más fuerte y resistente”.

¿Cuándo el ciclismo puede convertirse en riesgo?
El riesgo aparece cuando se superan ciertos límites en volumen e intensidad de entrenamiento. Estudios realizados en deportistas de resistencia de larga data, como maratonistas, triatletas y ciclistas, han identificado que años de ejercicio extremo pueden producir pequeñas lesiones o cicatrices en el músculo cardíaco (fibrosis), especialmente en el ventrículo derecho y las aurículas, zonas más vulnerables por tener paredes más delgadas.
Estas microlesiones podrían favorecer arritmias cardiacas, en particular la fibrilación auricular, una alteración del ritmo que se ha observado hasta ocho veces más en atletas de resistencia que en la población general. Aun así, los expertos aclaran que los beneficios del ejercicio moderado superan ampliamente estos riesgos.
Un reciente estudio publicado en Circulation: Cardiovascular Imaging encontró cicatrices en el 47% de un grupo de ciclistas y triatletas mayores de 50 años que entrenaron más de 10 horas semanales durante décadas. Además, el 19% presentaba episodios de latidos rápidos e irregulares, y el 3% arritmias sostenidas potencialmente graves.
Los investigadores resaltan que el hallazgo no significa que el ciclismo provoque enfermedad cardíaca, sino que algunos atletas pueden desarrollar cicatrices como respuesta al exceso de esfuerzo repetido, especialmente si no tienen descansos adecuados o padecen predisposiciones genéticas.

Arritmias y paro cardíaco en ciclistas: mitos y realidades
Las arritmias son variaciones anormales del ritmo cardíaco. En el contexto de los ciclistas, las más comunes son:
- Fibrilación auricular: las aurículas laten de forma descoordinada, lo que puede causar palpitaciones y fatiga.
- Taquicardia ventricular: los ventrículos se contraen a un ritmo acelerado, generando sensación de “latidos en el pecho”.
- Bradicardia sinusal: un pulso muy lento (menos de 50 lpm), habitual en atletas, pero que puede causar mareos si es excesivo.(Fundación Española del Corazón)
Dependiendo del tipo, algunas arritmias son benignas y reversibles, mientras que otras pueden requerir tratamiento o incluso un desfibrilador implantable, como en el caso del icónico ciclista Mario Cipollini, hospitalizado recientemente por problemas cardíacos a los 58 años.
El cardiólogo y maratonista Paul D. Thompson, de la Universidad de Connecticut, aclara que el mayor beneficio del ejercicio se alcanza al pasar de la inactividad al movimiento moderado; después de ese punto, “más no siempre es mejor”.(Medscape)

Evidencias científicas: equilibrio, no exceso
Los hallazgos médicos más recientes apuntan a una curva en forma de U: tanto el sedentarismo como el ejercicio extremo aumentan el riesgo cardiovascular, mientras que la actividad moderada regular reduce de forma significativa la mortalidad.
- La Organización Mundial de la Salud recomienda entre 150 y 300 minutos semanales de actividad moderada, o 75 a 150 minutos de actividad vigorosa (como ciclismo o trote).
- Superar por mucho estas cifras puede incrementar la probabilidad de arritmias o de disfunción ventricular derecha, aunque sin un aumento proporcional de la mortalidad global.
- En cualquier caso, el ciclismo sigue siendo más beneficioso que perjudicial, incluso para quienes lo practican intensamente, siempre que haya revisiones médicas y descanso programado.
Factores de riesgo adicionales
No todos los ciclistas tienen el mismo riesgo. Hay factores que pueden amplificar los problemas cardíacos en algunos deportistas:
- Predisposición genética: enfermedades como la miocardiopatía hipertrófica o arritmogénica son hereditarias y pueden desencadenar paradas cardiorrespiratorias incluso en personas jóvenes aparentemente sanas.
- Falta de descanso: entrenamientos sin periodos de recuperación provocan sobrecarga y microlesiones cardíacas.
- Deshidratación y desequilibrio electrolítico: pueden favorecer arritmias durante o después del ejercicio prolongado.
- Uso indebido de sustancias o medicamentos: estimulantes, antiinflamatorios o suplementos sin supervisión médica afectan la presión y la función cardiaca.
- Edad y sexo: los hombres mayores de 35 años parecen tener una mayor incidencia de arritmias de esfuerzo.
Señales de alarma que no se deben ignorar
Los cardiólogos deportivos coinciden en que reconocer los síntomas tempranos es la clave para evitar complicaciones graves. Algunos signos de alerta son:
- Dolor o presión en el pecho durante el pedaleo.
- Palpitaciones irregulares o muy fuertes.
- Dificultad anormal para respirar o fatiga excesiva.
- Mareos, desmayos o sensación de “corazón acelerado”.
- Dolor que se irradia a brazos, mandíbula o espalda.
Si alguno de estos síntomas aparece, es esencial detener la actividad y buscar atención médica de inmediato.
La importancia del chequeo cardiológico en deportistas
Antes de iniciar o retomar un entrenamiento intenso, especialmente después de los 35 años, los expertos recomiendan una evaluación completa que incluya:
- Historia clínica y antecedentes familiares.
- Electrocardiograma (ECG) y ecocardiograma.
- Prueba de esfuerzo.
- Análisis de lípidos y marcadores inflamatorios.
En caso de síntomas, puede requerirse una resonancia magnética cardiaca para descartar fibrosis o cicatrices. Los profesionales de la cardiología deportiva insisten en programar revisiones anuales para quienes practican ciclismo de forma competitiva o intensa, incluso sin síntomas aparentes.
Historias que enseñan: deportistas y resiliencia
El ciclismo profesional ha tenido múltiples episodios vinculados a problemas cardíacos: desde el colapso en carrera del belga Michael Goolaerts durante París-Roubaix 2018 hasta la arritmia que obligó al neerlandés Nathan Van Hooydonck a retirarse en 2023 después de sufrir un paro cardíaco mientras conducía con su esposa.
Estos casos han impulsado a los equipos y federaciones a fortalecer los protocolos de reconocimiento médico, incluyendo uso obligatorio de electrocardiogramas y desfibriladores en competiciones de élite. A su vez, demuestran que un diagnóstico temprano puede salvar vidas y permitir una vida activa posterior, incluso fuera del alto rendimiento.

Cómo cuidar el corazón si practicas ciclismo
- Escucha a tu cuerpo: si notas síntomas inusuales detente y consulta.
- Hidrátate correctamente: los desequilibrios de sodio y potasio pueden afectar el ritmo cardíaco.
- Evita el sobreentrenamiento: incluye días de descanso y sesiones de recuperación.
- Realiza chequeos anuales: especialmente si compites o entrenas más de 8 horas semanales.
- Mantén una dieta cardiosaludable: rica en frutas, verduras, omega-3 y baja en grasas saturadas.
- No abuses de estimulantes ni de fármacos: muchos deportistas recurren a productos sin control médico.
- Duerme bien y gestiona el estrés: el descanso es esencial para la regeneración cardíaca.
Preguntas sobre los problemas cardíacos y ciclistas
¿Todos los ciclistas desarrollan un "corazón de atleta"?
No necesariamente. Solo quienes entrenan de forma intensa y constante durante años suelen experimentar este tipo de adaptaciones estructurales, la mayoría de ellas benignas.
¿El ciclismo puede provocar infartos?
El riesgo aumenta solo en individuos con factores de riesgo previos (hipertensión, obesidad, tabaquismo) o predisposición genética. En general, el ciclismo reduce la probabilidad de infarto.
¿Es normal tener pulsaciones muy bajas siendo ciclista?
Si. La bradicardia en reposo (40-50 lpm) es frecuente en atletas bien entrenados. Sin embargo, si hay mareos o desmayos, debe evaluarse clínicamente.
¿El ejercicio intenso envejece el corazón?
No envejece, pero el exceso puede inducir remodelaciones que, con el tiempo, generan fibrosis o arritmias. El equilibrio entre carga y descanso es clave.
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