Potenciómetros ¿Porque los ciclistas aficionados pierden su dinero?
El entrenamiento por potencia ha revolucionado el ciclismo profesional. Los medidores de potencia o potenciómetros son una herramienta esencial para evaluar el rendimiento, establecer zonas de entrenamiento y planificar estrategias en competición. Sin embargo, cuando se trata de ciclistas aficionados , surgen muchas dudas: ¿realmente merecen la pena? ¿o simplemente terminarán siendo una inversión mal aprovechada?
A lo largo de este artículo analizaremos con detalle por qué los ciclistas aficionados suelen perder su dinero al comprar un potenciómetro , cuándo tiene sentido invertir en uno y cómo usarlo de forma eficiente.

¿Qué es un potenciómetro y cómo funciona?
Un potenciómetro de ciclismo mide la potencia que un ciclista genera al pedalear. Lo hace a través de sensores ubicados en diferentes partes de la bicicleta —como las bielas, pedales, eje de pedalier, araña o buje trasero— que detectan la fuerza aplicada y la velocidad de rotación. La potencia se expresa en vatios (W) , una medida objetiva de esfuerzo independiente de factores externos como el viento o la temperatura.
El dispositivo envía los datos por Bluetooth o ANT+ a un ciclocomputador o reloj GPS que los muestra en tiempo real. Con esta información, el ciclista puede controlar su ritmo, ajustar la intensidad del entrenamiento y analizar posteriormente su rendimiento.

El atractivo del potenciómetro: ¿por qué todos quieren uno?
Los beneficios teóricos del potenciómetro son innegables:
- Medición precisa del esfuerzo: los vatios reflejan directamente el trabajo realizado.
- Entrenamiento estructurado por zonas de potencia (FTP).
- Monitorización del progreso y prevención de lesiones.
- Optimización de la cadencia de pedaleo y economía de esfuerzo.
Estas ventajas han hecho del potenciómetro el estándar de oro del rendimiento ciclista. Su uso está tan extendido que incluso plataformas como Zwift , Bkool o Wahoo RGT dependen de la medición de vatios para simular entrenamientos realistas e interactivos.
Sin embargo, la forma en la que muchos ciclistas aficionados utilizan —o más bien, no utilizan— esta herramienta termina convirtiendo la compra en un gasto innecesario.
Las razones por las que los ciclistas aficionados pierden su dinero
1. Compran el potenciómetro, pero no saben interpretar los datos
Uno de los principales problemas es la falta de conocimientos técnicos . Tener un potenciómetro no sirve de nada si no se comprende qué representan los números en la pantalla. Muchos aficionados miran los vatios sin contexto: no calculan su FTP (Functional Threshold Power) , no crean zonas de entrenamiento ni usan software de análisis como TrainingPeaks o WKO5.
El resultado: un dispositivo caro que solo muestra cifras sin sentido. Como explica el entrenador Mario Repes, “de nada sirve tener un potenciómetro si no sabes aplicar sus datos para estructurar un plan de entrenamiento efectivo” .
2. Entrenan solo “por vatios” y pierden las sensaciones
El uso excesivo del potenciómetro puede terminar robotizando al ciclista . Cuando se entrena únicamente siguiendo los números del dispositivo, se abandona la percepción del esfuerzo real, la lectura del cuerpo y el control del ritmo por sensaciones. Esta dependencia tecnológica genera frustración y pérdida de conexión con el propio cuerpo.
Algunos expertos hablan incluso de “adicción digital” o efecto de robotización : el ciclista deja de disfrutar de la bicicleta y convierte cada salida en una sesión de laboratorio.
3. Inversión alta, beneficio bajo
Aunque los precios han bajado, un potenciómetro confiable sigue siendo una inversión importante . Los modelos económicos de biela o pedal comienzan en torno a los 300 € , mientras que los más precisos (como los de araña o eje de pedalier) pueden superar fácilmente los 1000 € .
Para un ciclista que sale dos veces por semana sin objetivos competitivos, el retorno de esa inversión es mínimo. Muchos aficionados pagarían menos y obtendrían beneficios similares con un pulsómetro bien calibrado y una planificación por frecuencia cardíaca .
4. Problemas de compatibilidad e instalación
Cada potenciómetro tiene limitaciones mecánicas : algunos son compatibles solo con bielas Shimano o SRAM, otros con ciertos cuadros o bujes. Instalarlo en varias bicicletas supone un gasto adicional, y en muchos casos no es trasladable fácilmente entre bicicletas de montaña y de carretera. (Tu Potencia)
Además, muchos aficionados no calibran correctamente el dispositivo o lo instalan sin asesoramiento. Un error de calibración puede provocar lecturas falsas y arruinar cualquier análisis.
5. Falta de constancia y metodología
El potenciómetro recompensa la disciplina y el análisis longitudinal . Funciona cuando se comparan semanas, meses o temporadas enteras. Pero la realidad es que la mayoría de los ciclistas aficionados no siguen un plan estructurado ni mantienen la misma frecuencia de entrenamiento.
Sin constancia, los datos pierden valor y la herramienta deja de ofrecer información útil. Es como comprar un reloj GPS de triatlón para usarlo solo en paseos dominicales.
6. No se complementa con asesoramiento profesional
El entrenamiento por potencia requiere seguimiento especializado . Un entrenador cualificado puede interpretar los datos, ajustar cargas, prevenir el sobreentrenamiento y diseñar picos de forma. Sin esa guía, los ciclistas aficionados terminarán navegando entre gráficos que no comprenden.
De hecho, muchos entrenadores destacan que los potenciómetros sin planificación generan más confusión que progreso , especialmente cuando se confunden indicadores como la potencia normalizada (NP) o el TSS (Training Stress Score).

7. Mantenimiento, calibración y fallos técnicos
Los potenciómetros requieren un mantenimiento regular , incluyendo calibración, control de batería y limpieza. Muchos modelos de pedales, como los Favero Assioma o Garmin Rally, necesitan carga cada 50 a 120 horas. Ignorar estos cuidados provoca datos erróneos o fallos durante una carrera o entrenamiento.
Además, los modelos más económicos suelen presentar desviaciones de medición o “picos falsos”, especialmente con uso intensivo o contaminación eléctrica.
Potenciómetro vs pulsómetro: el eterno debate
El potenciómetro mide el resultado mecánico de tu esfuerzo; el pulsómetro mide la respuesta fisiológica de tu cuerpo. Ambos métodos tienen ventajas, pero uno no reemplaza al otro.
| Parámetro | potenciómetro | Pulsómetro |
|---|---|---|
| Mide | Potencia (vatios) | Frecuencia cardiaca (latidos/min) |
| Retraso en la medición | Ninguno (instantáneo) | Sí, hasta 30 segundos |
| Influencia del clima o fatiga | No | Alta |
| Precio medio | 300 € – 1200 € | 30 € – 120 € |
| Nivel recomendado | Avanzado/profesional | Aficionado/intermedio |
En la práctica, los aficionados obtienen más rendimiento por euro entrenando por frecuencia cardíaca hasta que dominan lo básico de la planificación por potencia.
Tipos de potenciómetros y sus inconvenientes comunes
- De biela – económicas, ligeras y fáciles de instalar, pero solo mide una pierna, lo que distorsiona los datos.
- De araña – muy precisas, ideales para profesionales, aunque caras y complejas de mover entre bicicletas.
- De pedal – versátiles, intercambiables, pero vulnerables a golpes y desgaste.
- De eje de pedalier – protegidas y precisas, aunque difíciles de instalar.
- De buje trasero – exactos pero pesados y prácticamente en desuso.
Cada tipo tiene su público, pero la complejidad del mantenimiento y las incompatibilidades suelen ser una trampa para el usuario medio.
Casos comunes de dinero malgastado
- El ciclista “tecnófilo”: compra el potenciómetro más caro por moda y lo usa sin entrenador.
- El “weekend warrior”: entrena solo los domingos, sin continuidad, y nunca descarga los datos.
- El “monotema”: mira solo los vatios máximos y cree que más es siempre mejor.
- El “frustrado”: al ver cifras bajas, se desmotiva y abandona el dispositivo.
- El que no calibra: obtiene datos erróneos, cambia su entrenamiento en base a información falsa.
Cuándo sí tiene sentido comprar un potenciómetro
- Estás comprometido con un programa de entrenamiento estructurado .
- Tienes o planeas contratar un entrenador especializado en datos .
- Participa en competiciones o cicloturistas exigentes.
- Eres metódico, te gusta analizar métricas y registrar progreso.
- Ya dominas el entrenamiento por frecuencia cardíaca y buscas mayor precisión.
En estos casos, el potenciómetro deja de ser un lujo para convertirse en una inversión en rendimiento y prevención de fatiga .
Nuevas tecnologías y alternativas más económicas
El mercado evoluciona rápidamente. Marcas como BikeOn , Magene o XCadey han introducido modelos de bajo coste (incluso por debajo de 200 €) con resultados aceptables. El innovador BikeOn CycleClick , por ejemplo, mide la potencia directamente en la cadena, simplificando el montaje y reduciendo el precio casi a la mitad respecto a los modelos tradicionales. (TodoBicicleta De Montaña)
Aunque estas opciones democratizan la potencia, todavía no igualan la precisión de los sistemas profesionales de marcas como Garmin , Favero o SRM .
Estrategias para sacar partido (si ya lo has comprado)
- Realiza una prueba FTP cada 6-8 semanas para actualizar tus zonas de entrenamiento.
- Analiza tus sesiones en plataformas como TrainingPeaks, Strava o Golden Cheetah.
- Combina frecuencia cardíaca y vatios para conocer tu estado de forma real.
- Aprende los indicadores básicos :
- NP (Potencia Normalizada)
- TSS (Índice de Estrés de Entrenamiento)
- IF (Factor de Intensidad)
- Calibra y limpia tu potenciómetro antes de cada salida.
- Disfruta del ciclismo , no te obsesiones con los números.
Conclusión: ¿Potenciómetros? Sí, pero con cabeza.
Los potenciómetros no son un engaño; son una herramienta potente si se usa correctamente . Pero para la mayoría de los ciclistas aficionados, su compra no compensa el gasto inicial ni el esfuerzo de aprendizaje .
El dinero se pierde no por el dispositivo, sino por no tener objetivos claros, planificación ni conocimientos para aprovecharlo . Antes de invertir, pregúntate:
“¿Quiero mejorar mi rendimiento de verdad o solo quiero un nuevo gadget para mi bicicleta?”
Si tu motivación es la segunda, mejor invierte en unas buenas ruedas, un bikefitting o un curso de técnica. Si realmente quieres progresar, el potenciómetro puede ser tu mejor aliado, pero solo si sabes cómo usarlo.
Preguntas frecuentes (FAQ)
¿Qué diferencia real hay entre un potenciómetro de una pierna y uno de dos?
Los de una pierna duplican la potencia medida en la biela izquierda. Si tienes desequilibrio muscular, los datos no serán precisos. Los de dos lados miden cada pierna, ofreciendo un análisis completo de la simetría y eficiencia del pedaleo.
¿Cuál es la opción más rentable para empezar?
Los potenciómetros de biela izquierda (como 4iiii o Stages) son económicos, fáciles de instalar y suficientes para un uso recreativo o de iniciación.
¿Qué precisión se considera adecuada?
Los modelos de calidad ofrecen un margen de error del ±1 % a ±2 % , mientras que los más baratos pueden hasta ±4 %. Para entrenar con rigor, busca siempre la menor desviación posible.
¿Qué mantenimiento necesito?
Revisión de pilas o batería cada pocas semanas, limpieza tras entrenamientos lluviosos, calibración manual y almacenamiento en lugar seco. Un potenciómetro mal cuidado pierde confiabilidad.
¿Por qué los profesionales no pueden vivir sin ellos?
Porque en competición cada vatio cuenta. Los potenciómetros permiten mantener la potencia crítica exacta en subidas, contrarreloj o rodajes, evitando sobreesfuerzos y mejorando la eficiencia energética.
En resumen: Los potenciómetros son una herramienta valiosa… pero solo para quienes los comprenden. Para los ciclistas aficionados que buscan disfrutar del pedaleo sin complicaciones, representan a menudo un gasto que no se amortiza. Por eso, muchos pierden su dinero en la ilusión de un rendimiento que, sin método, nunca llega.
Si quieres conocer otros artículos parecidos a Potenciómetros ¿Porque los ciclistas aficionados pierden su dinero? puedes visitar la categoría Entrenamiento.

ENTRADAS RELACIONADAS