En el mundo de la bicicleta de montaña podríamos pensar a priori que la técnica solamente es necesaria para afrontar bajadas imposibles o trialeras. Pero a la hora de enfrentarnos a una subida, dependiendo de cómo sea ésta, también necesitaremos usar la técnica para poder superarla sin problemas.
Con la bicicleta de carretera las subidas son muy sencillas técnicamente y es una cuestión principalmente de fuerza, ya que no corremos el peligro de que nos patine la bicicleta y tampoco nos vamos a encontrar con obstáculos que tengamos que esquivar.
Sin embargo con la bicicleta de montaña cambia bastante la situación. Vamos a ver que técnica hay que utilizar en función de cómo sea la subida a la que nos enfrentamos.
Índice
Subidas con buen firme
En caminos o pistas con un buen firme las subidas con la bicicleta de montaña se asemejan mucho a las subidas que se hacen por carretera. Al tener el camino un buen firme no nos patinará la rueda trasera, por lo que podremos ir sentados o de pie sin ningún problema.
En este tipo de subidas, al igual que con la bicicleta de carretera es la fuerza y la condición física del ciclista la que va a permitir subirla más despacio o más deprisa.
Subidas con el terreno suelo y sin obstáculos
En este tipo de subidas, al no tener obstáculos de lo único que nos vamos a tener que preocupar es de que no nos patine la rueda trasera, ya que si el terreno está suelto el agarre va a ser peor.
Para que no patine la rueda trasera lo mejor que podemos hacer es ir sentados y jugar con los desarrollos para subir sin problema. En el caso de que nos pongamos de pie es recomendable bajar uno o dos piñones para que la cadencia no sea muy alta y así no patine la rueda.
Al ponernos de pie el peso de nuestro cuerpo se desplaza hacia la zona delantera de la bicicleta, por lo que habrá que controlar mucho la fuerza en las pedaladas para que la rueda trasera no patine.
Subidas con mucha pendiente y buen firme
En estas subidas que tienen rampas con mucha pendiente (30 %) tendremos que ir echando mano de la técnica.
En este caso se basaría en la posición del cuerpo. Tendríamos que echar el cuerpo hacia adelante, como si quisiéramos comernos en manillar, y sentarnos en la punta del sillín, y por supuesto subir sentados.
Si subiéramos este tipo de subidas con la posición normal del cuerpo se nos podría levantar la rueda delantera e irnos al suelo.
En cuanto al desarrollo para estas subidas, al tener buen firme, dependerá del estado físico de cada uno. Habría que subirla cada uno con el desarrollo que se sintiera más cómodo.
Subidas con mucha pendiente, terreno suelo y obstáculos
Aquí tendríamos el supuesto más difícil en las subidas. En cuanto a la posición del cuerpo, sería la misma que en el caso anterior, para que no se nos levante la rueda delantera.
Pero aquí además tendremos que tener cuidado con el desarrollo que llevemos. Al estar el terreno suelo la recomendación es subir con un desarrollo en el que vayamos más bien atrancados. De este modo estaremos evitando que patine la rueda trasera.
Si llevamos mucha cadencia y patina la rueda trasera daremos una pedalada al aire que nos puede hacer poner pie a tierra.
Y además de controlar la fuerza para que no patine la rueda trasera otra recomendación es guardarse siempre un puntito de fuerza para poder superar algún obstáculo que podamos encontrarnos.
A la hora de superar un obstáculo tendremos que imprimirle mucha fuerza a la bicicleta para que lo supere (ya sea un tronco, una piedra o una zanja). En el caso de que vayamos subiendo al límite de nuestras fuerzas no nos quedará ni un gramo de ella para poder afrontar el obstáculo.
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