Cómo afrontar por primera vez una ascensión a un puerto de montaña

A todas las personas que practican ciclismo les llega el momento alguna vez de tener que afrontar un puerto de montaña. A algunos les llega este momento muy jóvenes, siendo incluso niños, y los que se aficionan a este deporte en la edad adulta lo afrontan con mucha más edad.

Vamos a ver cómo afrontar una ascensión a un puerto desde dos puntos de vista. El físico y el psicológico. Ambos factores están muy relacionados entre sí y dependen directamente el uno del otro.

Para afrontar un puerto por primera vez hace falta de tener una preparación física y piscológica mínima.

Índice
  1. Punto de vista físico
  2. Punto de vista psicológico

Punto de vista físico

Evidentemente para poder afrontar una ascensión de varios kilómetros hay que tener un estado físico mínimamente aceptable. No hace falta estar excesivamente entrenado o ser un portento físico para poder realizarlo, pero tampoco es recomendable intentarlo el primer día que se coge la bicicleta.

La clave desde el punto de vista físico es nunca ir a tope. Esto quiere decir que hay que regular muy bien las fuerzas, ya que no sabemos cómo reaccionará nuestro cuerpo cuando realizamos una larga ascensión por primera vez.

Para controlar esto es muy recomendable llevar un pulsómetro e ir a unas pulsaciones que nos permitan subir con cierta comodidad sin fatigarnos en exceso. Si comenzamos la ascensión subiendo por encima de nuestras posibilidades es muy probable fracasar en el intento.

Aquí dependiendo del estado físico de cada uno habrá personas que puedan subir un puerto a un ritmo mucho más alto que otros. No obstante si el objetivo es simplemente llegar a la cima no hay que fijarse en los demás, sino en uno mismo.

Punto de vista psicológico

La psicología en este tipo de situaciones también es muy importante. Puede que físicamente estemos muy preparados para poder afrontar un reto así, pero si psicológicamente nos venimos abajo puede que no lo consigamos.

Muchos ascensos a puertos pueden llevarnos más de una hora seguida para completarlos. Una de las claves para no venirnos abajo es marcarse mini objetivos. Estos objetivos a corto plazo pueden ser la siguiente curva o cualquier señal que haya en la calzada.

Una vez completado este mini objetivo automáticamente hay que ponerse otro. Como vayamos pensando en que nos queda muchísimo para llegar a la cima y pensemos que no se acaba nunca podemos venirnos abajo piscológicamente.

Otro consejo es no mirar a la cima, ya que probablemente tengamos la sensación de que no avanzamos e incluso de que cada vez está más lejos. Por ello es recomendable mirar hacia abajo, unos metros más adelante de la rueda delantera e ir poquito a poco.

De este modo la subida se hará mucho más llevadera y corta.

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