A la hora de circular con nuestras bicicletas, e independientemente de que sean MTB o de carretera, el mantenimiento es un elemento clave, pues del mismo dependerá la salud de nuestras máquinas. Y claro, dentro del programa de control que podemos llevar hay determinados componentes que requieren un especial cuidado por su propia naturaleza: las rodanas, el desviador, los dentados de los platos, el piñón, los carretes, etc. Son muchos los elementos que están en contacto directo con los residuos del asfalto o los caminos, y que pueden sufrir atascos o mal funcionamiento a raíz de la existencia de agentes externos o la falta de un engrasado adecuado. De ahí que vayamos a echar un vistazo en este post a cómo engrasar la bicicleta.
Herramientas y componentes que vamos a necesitar
Primero de todo necesitamos tener un kit básico de herramientas y componentes para poder llevar a cabo el programa para engrasar la bicicleta; vamos a necesitar una brocha de pintor nueva, un recipiente que no vayamos a utilizar más adelante, pues será empleado para guardar el desengrasante, que podrá ser petroleo o desengrasil; un limpiacadenas, que podremos encontrar en cualquier tienda especializada; un cubo con agua, un bote de lavavajillas, aceite de bicicletas y un frasco de grasa sólida, que también podremos encontrar en muchas tiendas del ramo. También serán útiles unos guantes de latex y una bayeta limpia que no deje partículas, sería idónea una de microfibras.
Desengrasado del cambio trasero y el desviador delantero
Aquí pasa como en los suelos de las viviendas, que antes de echar la cera hay que limpiar; obvio, ¿verdad? Pues a muchos parece que no les queda tan claro, pues aún hay gente que coge los nuevos aceites para engrasar la bicicleta y los echa tan ricamente sobre los viejos, con restos de polvo y arenilla. Menuda la que se puede armar ahí, y como comprenderéis no es nada saludable para las piezas de la bicicleta.
Pues bien, para engrasar la bicicleta correctamente primero de todo habrá que eliminar la grasa vieja, y para ello deberemos utilizar la brocha untada con desengrasil o directamente con petroleo; en este punto he llegado a encontrarme con quien utiliza CocaCola, pero qué queréis que os diga, mejor emplear productos específicos, pues son adecuados para ello y dejan menos residuos. Con la brocha hay que poner un especial énfasis en los componentes del cambio trasero, y concretamente en lo que respecta a las rodanas, que suelen acumular mugre en cantidad y además son piezas muy sensibles.
Una vez el cambio trasero ha quedado reluciente vamos a echar un vistazo al desviador delantero, que normalmente, al ser objeto de fricción constante, suele acumular restos de lo más diverso. El proceso es el mismo que el anterior, con la brocha untada en desengrasil frotamos con energía, y para que la limpieza pueda ser más profunda, vamos haciendo un cambio de marchas; de esta manera conseguimos que el desengrasante llegue a partes ocultas. Obviamente la bicicleta debería estar colgada para ello con un soporte adecuado.
En este punto aprovechamos para dar un repaso con el mismo componente a los platos, teniendo un especial cuidado en que el líquido no penetre en el eje del pedal, pues ésto podría conllevar posteriores oxidaciones y/o problemas de fricción. No es tan complicado engrasar la bicicleta, ¿verdad?
Arriba vimos qué necesitábamos para desengrasar y dejar como nuevos los platos, el desviador delantero y las rodanas del cambio trasero. Piezas muy sensible a la acumulación de residuos propios de la carretera o la montaña. Pues bien, hoy vamos a ver cómo seguir con el proceso de desengrasado de la bicicleta.
Desengrasando la cadena, el sistema de frenado y el piñón
La cadena es el elemento vital de la transmisión, pues si su estado no es adecuado de poco servirá que nos hayamos tomado la molestia de realizar un perfecto desengrasado de la bicicleta. Además de ello tenemos que tener en cuenta que por su propia morfología se trata de un elemento muy complicado de limpiar, pues cuenta con miles de recovecos en los que se acumulan residuos de todo tipo, pudiendo en algunos casos incluso a representar un peligro (por ejemplo si una piedrilla se engancha). De ahí que resulte vital hacer un correcto mantenimiento de esta pieza y comprobar frecuentemente su estado.
Junto con el cassette puede ser la pieza que mayor complicación nos suponga a la hora de realizar el desengrasado de la bicicleta, pues además de por su estructura se trata del componente que mayor lubricante necesita; y claro, también a la que más cantidad de residuos hay que quitar a la hora de adecentar. Así pues en este caso no habrá que hacer más que cargarse de paciencia y de una brocha bien mojada en desengrasil o petroleo, y poco a poco ir frotando hasta que quede como los chorros del oro. Necesitaremos de un elemento puntiagudo como un palillo para poder quitar los restos de mejor manera. Ahora bien, también tenéis la opción del limpiacadenas, una pequeña herramienta que hará de esta tarea un juego para niños.
Cuando hayamos terminado con la cadena tocará ir donde otra de las piezas de la bicicleta que más sufre: el freno. Este componente, y las zapatas, son también grandes recolectores de mugre, por lo que habrá que andar con ojo de que queden bien limpios. El sistema es el mismo que en el resto del desengrasado de la bicicleta: darle con la brocha y el desengrasante. Ahora bien, en el caso específico de las zapatas convendría dejarlas secas y comprobar también, ya que estamos, su estado.
Y finalmente nos centramos en el piñón, otra parte de la bicicleta que por su propia naturaleza y forma tendrá suciedad de todo tipo para eliminar: grasa vieja, arena, polvo, etc. Es decir, que en este elemento nos podremos encontrar de todo. No obstante hay que tener cuidado, pues a la hora de aplicar el desengrasante hay que procurar que no entre éste en el núcleo de la pieza, pues podría causar problemas a posteriori. Por cierto, ya que estamos con el desengrasado de la bicicleta podríamos limpiar las llantas y los carretes, ¿verdad? Pues nada, un brochazo y como nuevos. Eso sí, cuidado con que pueda caer líquido desengrasante en el eje del buje, pues puede provocar oxidaciones; y más tarde puede que os encontréis con la desagradable sorpresa de que el remedio haya sido peor que la enfermedad.
Fuente vídeo: MariaLeonTri
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