Muchas de las personas que practican ciclismo han sufrido alguna que otra vez algún calambre, y si no lo han sufrido seguramente en alguna macha o carrera habrán visto a algún compañero en la cuneta con la pierna "tiesa" haciendo estiramientos porque ha sufrido calambres.
Para empezar vamos a definir qué es un calambre. Pues bien, no es más que un espasmo muscular involuntario que nos produce un dolor repentino y muy fuerte.
Causas de los calambres
1.- Acumulación de ácido láctico en un músculo en concreto.
2.- Contracción y relajación de los músculos agonista y antagonista. En este proceso biológico actúan dos proteínas, la actina y la miosina, que se unen cuando el músculo está contraído y se separan cuando el músculo se encuentra relajado. Para que en la relajación muscular se separen ambas proteínas es necesaria la presencia de ATP (molécula que utilizan las células de nuestro organismo para intercambiar energía) y magnesio. Pues bien, tanto el ATP como el magnesio van disminuyendo paulatinamente con el ejercicio físico hasta un punto en el que no permiten que se separen la actina y la miosina, y por lo tanto no se produzca la relajación muscular, produciéndose un calambre.
3.- La tercera causa tiene que ver con la deshidratación. Cuando realizamos una actividad física durante mucho tiempo y nuestro cuerpo no está lo suficientemente preparado se produce una pérdida de líquidos, produciéndose una sobreexcitación de las motoneuronas que dará lugar a los calambres.
Vistas las causas bioquímicas por las cuales pueden llegar a producirse calambres vamos a traducir estas causas desde el punto de vista del ciclismo:
1.- El estrés: todos los tipos de estrés van a aumentar las probabilidades de que suframos algún calambre. Tanto el estrés laboral, como el familiar, o la falta de descanso crean tensiones a nivel muscular, facilitando la aparición de calambres.
2.- Ir por encima de tus posibilidades: cada uno sabe lo que puede dar y hasta dónde puede llegar en cuanto a ritmo, lo que pasa es que muchas veces, principalmente en alguna marcha, vamos a un ritmo superior al que realmente estamos preparados por intentar seguir a otros corredores. Si vamos por encima de nuestras posibilidades es muy probable que no llevemos una cadencia adecuada y que sobrepasemos nuestro umbral anaeróbico, y si esto ocurre estaremos acumulando ácido láctico a nivel muscular, con lo que favoreceremos la aparición de los calambres.
3.- Entrenamiento inapropiado: es importante entrenar la fuerza resistencia para acostumbrar al músculo a resistir la fatiga durante períodos de tiempo prolongados.
4.- Falta de calentamiento: este punto es importante sobre todo si la prueba que vamos a realizar es muy explosiva y salimos a tope desde el primer momento. Tenemos que tener en cuenta que si salimos sin haber calentado y desde el primer momento sometemos a los músculos a un gran estrés, estaremos favoreciendo la aparición de calambres.
5.- La cadencia: si pedaleamos con una cadencia muy baja, es decir, atrancados, van a trabajar las fibras blancas del músculo, que por naturaleza son anaeróbicas, y que por lo tanto van a generar una mayor concentración de ácido láctico a nivel muscular.
6.- La nutrición: la mayoría de los ciclistas antes de una prueba suelen ingerir una cantidad proporcionalmente superior de hidratos de carbono los días previos, lo cual es muy recomendable. Sin embargo, muchas veces dejamos de lado la ingesta de frutas y verduras, que son alimentos ricos en vitaminas y sales minerales, que en buena medida vana a prevenir la aparición de calambres.
7.- La posición en la bicicleta: el no llevar una posición adecuada durante mucho tiempo en la bicicleta puede causarnos tensiones en determinadas zonas musculares, favoreciendo la aparición de calambres.
8.- La hidratación: quizá sea la causa más importante de la aparición de los calambres. Una mala hidratación no nos permitirá reponernos de las pérdidas de electrolitos a través del sudor (sodio, calcio, potasio) que pueden dar lugar a alteraciones a nivel neuromuscular produciendo los calambres.
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