Qué hay detrás de que los equipos no quieren instalar el GPS de la UCI

En los últimos meses, el ciclismo internacional ha estado marcado por una controversia que ha generado intensos debates entre dirigentes, equipos, ciclistas y autoridades deportivas: varios equipos no quieren instalar el GPS de la UCI en sus bicicletas. Esta negativa no es un simple capricho ni un asunto menor, sino que destapa una compleja serie de tensiones sobre seguridad, derechos de los corredores, relaciones de poder y manejo de la innovación tecnológica dentro del deporte.

La situación alcanzó un punto de máxima tensión durante el Tour de Romandía Féminin 2025, donde cinco equipos de gran prestigio fueron descalificados antes siquiera de iniciar la carrera por rehusarse a cumplir la exigencia de la UCI de instalar un nuevo dispositivo de rastreo GPS en sus bicicletas. Este incidente no solo afectó el desarrollo de la competencia, dejando fuera a figuras como Kasia Niewiadoma-Phinney, sino que también expuso los profundos desacuerdos sobre cómo debe implementarse la tecnología en el ciclismo profesional.

En este artículo analizaremos a fondo qué hay detrás de que los equipos no quieren instalar el GPS de la UCI, con una mirada crítica que incluye los motivos de los equipos, la visión de la federación, antecedentes de casos similares y los posibles escenarios futuros.

El origen de la polémica: ¿Por qué la UCI exige el GPS?

La Unión Ciclista Internacional (UCI) defendió la instalación del dispositivo GPS como un paso ineludible hacia una mayor seguridad. Este aparato, de apenas 63 gramos, fue presentado como parte de un programa piloto en 2025 y diseñado para ofrecer datos en tiempo real a comisarios, organizadores y servicios médicos.

Según la UCI, la principal motivación está relacionada con situaciones de emergencia, como la trágica muerte de la joven ciclista suiza Muriel Furrer en 2024, que no pudo ser localizada durante más de una hora tras un accidente en el Mundial junior de Zúrich. El organismo considera que el rastreo satelital permitiría respuestas más rápidas y efectivas en casos de caídas, extravíos u otras emergencias.

En palabras de la federación: “Es deplorable presenciar la negativa de ciertos equipos a avanzar conjuntamente para proteger la seguridad de las ciclistas”. Sin embargo, los equipos afectados aseguran que la manera en que la UCI quiso imponer la medida fue autoritaria y discriminatoria.

Principales razones por las que los equipos no quieren instalar el GPS de la UCI

Analizando la posición de las cinco escuadras sancionadas (Lidl–Trek, Visma–Lease a Bike, Canyon–SRAM Zondacrypto, EF Education–Oatly y Picnic PostNL), existen varios factores claves:

1. Discriminación competitiva

El reglamento de prueba piloto obligaba a que cada equipo seleccionara a una sola corredora para portar el GPS.
Esto generó malestar porque esa ciclista estaría en clara desventaja frente al resto. Según su carta a la UCI, elegir a una sola participante era “injusto y discriminatorio”, ya que condicionaba directamente su desempeño deportivo.

Los equipos argumentaron que no aceptarían la responsabilidad en caso de fallos técnicos del GPS. Tampoco aceptaban que sus propios mecánicos manipularan el dispositivo, ya que una instalación defectuosa podría derivar en accidentes o retiradas de carrera.

Dejaron claro que, si la UCI insistía en el uso obligatorio, debía ser su propio personal quien instalara, retirara y mantuviera el aparato “bajo su total responsabilidad”.

3. Existencia de sistemas alternativos

Los equipos también recalcaron que no se oponen a la innovación ni a la seguridad, pero señalaron la existencia de Velon, un sistema alternativo de rastreo ya probado en múltiples carreras de alto nivel y aceptado ampliamente en el pelotón.

En lugar de colaborar con ellos, la UCI intentó avanzar unilateralmente, ignorando esta alternativa. Para los equipos, esto fue una señal clara de imposición más que de cooperación.

4. Falta de diálogo y colaboraciones

El reclamo más repetido por los equipos es que fueron tratados como simples receptores de órdenes, cuando en realidad son stakeholders clave en el ciclismo profesional. La exigencia llegó acompañada de la amenaza de descalificación inmediata, lo que muchos interpretaron como un acto coercitivo.

Para las escuadras, la manera de legislar de la UCI refleja una actitud autoritaria que ya acumula tensiones en otros ámbitos, como los límites salariales, reglas de material y calendarios internacionales.

El impacto en la competición

La decisión de excluir a los cinco equipos tuvo consecuencias notables. En total, 30 corredoras fueron descalificadas antes de la contrarreloj inaugural del Tour de Romandía 2025. El pelotón perdió a varias ciclistas favoritas y el torneo comenzó marcado por la polémica más que por el espectáculo deportivo.

La UCI va a instalar un Rastreador GPS para los ciclistas

Los aficionados y medios especializados criticaron tanto a los equipos como a la federación, dividiendo opiniones entre quienes defienden la seguridad ante todo y quienes reclaman que el deporte no debe ser rehén de imposiciones unilaterales.

La visión de la UCI: seguridad por encima de todo

La posición de la federación se resume en una idea: la seguridad debe primar sobre cualquier otro aspecto. Tras la muerte de Muriel Furrer y otros accidentes recientes, la UCI considera fundamental contar con un sistema fiable que permita localizar ciclistas en situaciones críticas.

El dispositivo de rastreo se diseñó como una herramienta de rescate y monitorización que, además, podría abrir nuevas oportunidades de retransmisión televisiva en el futuro. No obstante, para la UCI, el problema principal es la renuencia de los equipos a colaborar de manera conjunta en un tema tan delicado.

Qué hay detrás realmente: intereses y poder en el ciclismo

La pugna por el GPS revela algo más profundo que un simple desacuerdo técnico. Existen intereses encontrados que van mucho más allá:

  1. Control de datos: El GPS permite generar información valiosa sobre rendimiento, ubicación y seguridad. ¿Quién es dueño de esos datos? ¿La UCI, los equipos o los patrocinadores?
  2. Economía del ciclismo: La relación entre UCI y equipos profesionales ya está tensionada por el reparto de ingresos televisivos y comerciales. La introducción de nuevas tecnologías reaviva esa batalla.
  3. Autonomía de los equipos: Los conjuntos más grandes buscan tener voz real en las decisiones, mientras que la UCI pretende mantener su autoridad.
  4. Ejemplo de gobernanza deportiva: Este caso es un microcosmos del deporte mundial, donde federaciones y ligas buscan imponer normas en nombre de la seguridad, a menudo sin escucha activa hacia los atletas y clubes.

Posibles escenarios futuros

El conflicto no terminará en Romandía. Todo apunta a que para el Mundial de Ruta de Kigali 2025, la UCI intentará implementar el GPS de forma generalizada. La incógnita es si los equipos aceptarán el acuerdo bajo condiciones claras o si veremos una crisis mayor con boicots o retiradas masivas.

Eventualmente, un modelo de colaboración con sistemas como Velon podría ser la vía hacia la integración consensuada de tecnología en el ciclismo, siempre evitando imponer cargas desiguales sobre ciertos corredores.

FAQ – Preguntas frecuentes

1. ¿Por qué los equipos no quieren instalar el GPS de la UCI si es por seguridad?
Porque cuestionan la manera en que se impuso la medida. Consideran que genera desventajas competitivas, falta de responsabilidad clara y ausencia de diálogo real.

2. ¿El GPS es realmente útil en ciclismo?
Sí, en términos de seguridad puede salvar vidas en accidentes o desapariciones, pero debe aplicarse de forma justa, transparente y respetando los acuerdos con equipos y ciclistas.

3. ¿Qué equipos han rechazado la medida?
Los equipos descalificados fueron Lidl–Trek, Visma–Lease a Bike, Canyon–SRAM Zondacrypto, EF Education–Oatly y Picnic PostNL.

4. ¿Qué sistemas alternativos existen?
El principal es el de Velon, ya probado en carreras del World Tour, que ofrece seguimiento y datos en tiempo real con experiencia comprobada.

5. ¿Qué puede pasar en el futuro si continúa el desacuerdo?
Podríamos ver boicots en grandes carreras, abandono de equipos importantes o, en el mejor de los casos, un acuerdo consensuado que dé espacio tanto a la innovación como a los derechos de los equipos.

Conclusión

Lo que hay detrás de que los equipos no quieren instalar el GPS de la UCI va mucho más allá de un simple desacuerdo técnico. Se trata de un conflicto de modelo entre una federación que busca imponer autoridad en nombre de la seguridad y unos equipos que reclaman colaboración y reglas claras. La discusión sobre el control de datos, la equidad competitiva y la gobernanza en el ciclismo marcará no solo el futuro uso del GPS, sino también el balance de poder en un deporte que cada vez depende más de la tecnología.

La clave será transformar la imposición en cooperación real, porque la seguridad no puede convertirse en un campo de batalla, sino en un objetivo común. Y para lograrlo, federación y equipos tendrán que sentarse a negociar de verdad.

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Daniel Diaz

Mi experiencia y conocimiento siguen siendo un recurso invaluable para aquellos que buscan mejorar sus habilidades y disfrutar al máximo de su amor por las bicicletas.

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